Las desventajas del teletrabajo podrían ser un sesgo de pandemia

El encierro obligatorio podría distraernos de los beneficios del trabajo flexible en un contexto de normalidad.

Beatriz Henriquez
5 min readNov 24, 2020

Durante el año 2020, varias prácticas relativas al trabajo remoto o “trabajo desde casa” se han consolidado en la vida diaria de muchas personas a nivel mundial. Se masificó algo que solía ser una especie de tesoro para unos pocos elegidos, como empleados de empresas “relajadas” y de trabajadores freelance que disfrutan los beneficios de ser sus propios jefes, a cambio de sacrificar planes de salud y seguros laborales, entre otros beneficios reservados para los trabajadores dependientes.

El contexto de pandemia y la obligatoriedad del trabajo desde casa, han otorgado una mala imagen al abandono masivo de las oficinas, puesto que no responde realmente al concepto de teletrabajo.

Establezcamos, primero, que el teletrabajo, como su nombre lo indica, debiese incluir la facilidad de elegir tu lugar de trabajo. Esto no ha sido el caso durante la masificación reciente que vivió, ya que no ir a la oficina es, principalmente, una medida de protección contra el CoViD-19 y nos obliga a restringirnos a un espacio reducido como el de nuestras propias casas, que a su vez están llenas de los estímulos distractores, y las preocupaciones paralelas de nuestras vidas personales. Nuestros espacios para comer, dormir, descansar, recrearnos y trabajar se fusionaron en uno solo, y pasamos preocupados constante y visiblemente por todas nuestras tareas y compromisos pendientes que antes se veían distribuidos en distintos lugares físicos. Eso, indudablemente, hace que nos sintamos reacios a llevar el trabajo desde casa a la normalidad que esperamos recuperar en los meses venideros.

Mujer escribe códigos desde su computador portátil
El teletrabajo es uno de los mejores aliados en empleos de tecnología

¿Por qué el teletrabajo causó rechazo en tantas personas?

Partamos mencionando que esta práctica fue un cambio forzado y torpe que a muchas empresas las tomó por sorpresa, no habiendo tenido ningún tipo de preparación previa. Surgieron múltiples problemas con la distribución de los tiempos de los trabajadores, con la ciberseguridad de las herramientas de trabajo y la falta de cultura empresarial que estimula la socialización entre los mismos empleados. Esto, además, en medio de intensos cambios sociales acelerados por el acceso a la información.

Por otro lado, en un país en el que las viviendas son espacios cada vez más pequeños, tener un espacio de trabajo y concentración en tu propia casa es casi un sueño en el que los gamers de PC han tenido la ventaja gracias a espacios que tenían establecidos de antemano. A esto se sumó el que casi toda actividad diaria se concentre en pantallas, haciendo la experiencia más agotadora para nuestros ojos y cerebros. Trabajo, estudio, juego y socialización se concentraron en nuestros laptops y teléfonos, y en la noche, entre ansiedad e insomnio, nos preguntamos qué es lo que nos tiene tan alterados y nos dificulta la concentración.

¿Cómo debería ser el teletrabajo?

Para que la práctica sea óptima, debemos considerar que el pilar del teletrabajo es la flexibilidad. No debiera tratarse de hacer toda tu vida desde casa, sino de contar con la flexibilidad para hacer tu trabajo desde dónde te sea conveniente, y de facilitarte el orden de tus propios horarios con trabajo centrado en objetivos.

La práctica de la asistencia forzada a una oficina crea una impresión errónea sobre el trabajo que hace una persona en un día y, muchas veces, el solo acto de presencia es más valorado que métricas objetivas sobre las metas cumplidas.

Aleyda Solís, cofundadora del sitio guía para trabajo remoto Remoters, habla en el primer capítulo del podcast .local (punto local) creado por la empresa Prey sobre cómo es posible medir las tareas completadas a través de metas y objetivos cumplidos, contrario al vicio de mantener al trabajador en la oficina independientemente de cuánto demore en completar sus tareas (audio a continuación).

[TRANSCRIPCIÓN DE AUDIO] … Primero, que va a tener menos control, vas a poder controlar menos si la persona está trabajando o no. Yo creo que cuando eres… Se le llama “un Trabajador del Conocimiento” ¿No?, Yo creo que eso es “bullshit”, literalmente, porque no trabajas por hora, no eres un operario de una fábrica. Tu “outcome” es totalmente medible. Por ejemplo, si eres desarrollador, este código tiene que estar funcional, o esta funcionalidad tiene que estar lanzada. Si eres un SEO, al cliente lo tienes que tener satisfecho y los resultados tienen que estar generados. Entonces, es decir, se puede medir el “outcome” de tu trabajo de muchas formas más que por el horario. Y es más. Si, por alguna razón eres muy, por decirlo así, “old school” y quieres controlar los horarios y quieres tener cierto control como si lo tuvieras en la oficina, también se puede hacer de muchas maneras. No hay que sesgarse en ese sentido.

¿Por qué deberíamos aspirar a consolidar el teletrabajo?

Porque entregar opciones a los empleados para realizar su trabajo enfocará el esfuerzo en los objetivos por cumplir. Por ejemplo, tener un familiar enfermo, o tener que atender una emergencia en tu casa, o simplemente quieres aprovechar de viajar por el mundo, esto no deberían ser una barrera para cumplir con tu trabajo.

No solo eso, sino que esa misma flexibilidad y comodidad hace que los empleados se sientan más tranquilos y sientan que su empresa confía en ellos. Esto puede transformarse en retención del talentos, al tener un beneficio que en caso contrario, posiblemente, los trabajadores buscarán en otro lugar.

Ahora bien, teletrabajar no significa solamente trabajar desde donde quieras y que el empleador pueda, felizmente, ahorrar gastos de oficina y bonos en transporte para sus empleados. El teletrabajo implica un cambio cultural que, además de eliminar la obsesión por el control y la micro-gestión, debe re-organizar gastos y hábitos.

Twitt de @CallateJuanjo: Regla N°1 del teletrabajo: No importa que estés 10 horas seguidas frente al computador, cuando te pares al baño tu jefe te va a llamar.

Primeramente, hablemos de las oficinas. Éstas deberían aspirar a ser un lugar de encuentro, y que entregue herramientas para algunas tareas específicas en caso de ser necesario. Con el revuelo de la pandemia, algunas empresas han decidido reducir su espacio de trabajo común pensando en trabajo presencial ocasional, o restringido a aquellos cargos que necesitan o prefieren asistir. Esto significa un ahorro que no debe ser dinero extra para el bolsillo del gerente, sino, una inversión para mejorar los espacios de trabajo de sus empleados y los gastos relacionados, como calefacción para el invierno, mejor conexión a internet, servicios básicos como agua y electricidad, y cualquier otra cosa que la empresa tenga considerada para el cuidado de los trabajadores.

Por otro lado, deben crearse formas de permitir que los empleados se acerquen entre sí, para evitar dentro de lo posible el aislamiento entre los pares. Respecto a eso, estamos en un gran momento tecnológico en el que existe una multitud de herramientas para mantener la comunicación casual, emulando, en cierta forma, los encuentros en el dispensador de agua o las salidas de oficina. Loom te permite crear snippets de video para mensajería instantánea y, en Discord, puedes crear varios canales y conversar por voz de forma más sencilla que Zoom u otras herramientas de videollamada. Además, en un contexto de no-pandemia, siempre existe la opción de encuentros periódicos de la empresa para facilitar una conexión más humana y potenciar las relaciones entre empleados, que se pueden continuar sosteniendo de manera remota.

Evidentemente, esto no puede aplicar a todos los empleos, ya que hay algunos que son operativos y atienden necesidades que surgen a lo largo del día. Otros, necesitan maquinaría u otros útiles que no se pueden tener en casa. Parte importante de implementar el teletrabajo como un estándar es reconocer qué tipo de trabajos se pueden hacer desde casa, y cuáles, efectivamente, necesitan presencialidad y horarios fijos.

Convengamos que hoy en día existen más oficios y profesiones que nunca antes en nuestra historia, y esa oferta continuará subiendo a medida que se creen nuevas necesidades. Cada formato de trabajo tendrá siempre sus pros y contras, y el fin de normalizar el teletrabajo debiese ser entregar la alternativa, no hacerlo obligatorio.

--

--

Beatriz Henriquez

Comunicadora de profesión y aificionada de la tecnología y videojuegos